domingo, 16 de marzo de 2014

El ductus...














                         El ductus...por Roland Barthes
" En 1866, Waterbach llama la atención acerca de un elemento importante del acto de escribir: el ductus. Sí en verdad se trata de un elemento de importancia capital, ¿ Cómo no se lo descubrió antes? El hecho es que hasta entonces interesaba más la escritura como producto que como producción. Ahora, el ductus no es una forma, es un movimiento, un orden en pocas palabras, una temporalidad, el momento en que se fabrica algo; sólo se puede captar el sentido del ductus si se piensa en la escritura que se está realizando y no en la escritura ya hecha ( es esa escritura a la que hemos denominado " inscripción" para distinguirla de la escritura propiamente dicha o cuerpo estable, objetivo de formas gráficas). Otro motivo por el cual el ductus nos parece hoy un elemento importante del acontecimiento de la escritura, es que nuestra modernidad más reciente nos induce a acentuar la importancia de la producción, oponiendo la productividad del texto a la estructura de la obra.
El ductus es al mismo tiempo el orden con que traza la mano los distintos signos que componen una letra ( o un idiograma)  y la dirección que sigue cada signo.  El orden y la dirección siguen una regla, el ductus es un código. En las escrituras modernas ( personales) , el código ( que se mantiene elástico, si no directamente inoperante al menos individual) deriva en cierto modo de la fisiología, la cual, por razones de comodidad y de economía, impone trazar los signos de una letra en un sentido determinado; por ejemplo, los signos redondos son retrógrados, los palotes son trazos de arriba hacia abajo; en las grandes escrituras profesionales ( por ejemplo la de los talleres de escritura - Scripteria- del Medioevo , o la de la ideografía china) el código es inmutable: es un programa propiamente dicho, una cadena operativa tan estable que en los diccionarios chinos o japoneses  los ideogramas aparecen clasificados en función del ductus , que regula institucionalmente su ejecución.  En sentido análogo y como confirmación  del primado del ductus, en las escrituras del bajo imperio las ligaduras entre las distintas palabras no dependen del sentido, sino del ductus mismo; la mano del copista reina soberana, es ella la que dicta la ley.
He aquí por qué el ductus es importante: porque es un hecho de producción ( y no una forma del producto) ; es además, porque representa en vivo la inserción del cuerpo en la letra; en fin, porque tal inserción está codificada.
El ductus es un gesto humano en su dimensión antropológica: es ahí donde revela  la letra su naturaleza manual, artesanal, operativa y corporal."


Campa, Riccardo La escritura y la etimología del mundo
Barthes. Roland: Variaciones sobre la escritura
 Argentina. Edit. Sudamericana1989. Págs. 60 a 65.